¿Qué es la mielodisplasia y cómo se diagnostica?
- Dr. Guillermo Ruíz Delgado

- 5 jul
- 2 Min. de lectura
Las enfermedades de la sangre pueden presentarse de forma sutil y progresiva, como es el caso de los síndromes mielodisplásicos, comúnmente conocidos como mielodisplasias. Estos trastornos afectan la médula ósea —el tejido responsable de producir las células sanguíneas— y pueden tener una evolución variable. En esta entrada, quiero explicarle en qué consiste esta enfermedad, cuáles son sus síntomas, cómo se diagnostica y cuál es el enfoque terapéutico más adecuado.
¿Qué es la mielodisplasia?
La mielodisplasia es un conjunto de enfermedades en las que la médula ósea produce células sanguíneas de forma anormal. Aunque estas células (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) se forman, muchas de ellas son inmaduras o disfuncionales, lo que provoca una deficiencia en la sangre periférica. Se considera una enfermedad clonal, lo que significa que deriva de una alteración genética en las células madre hematopoyéticas.
A menudo se presenta en adultos mayores, aunque puede afectar a personas de cualquier edad. Algunos casos se desarrollan sin causa identificable, mientras que otros pueden estar asociados a tratamientos previos con quimioterapia o exposición a radiación o sustancias tóxicas (como el benceno).
Síntomas frecuentes
Los síntomas suelen ser consecuencia del bajo conteo de células en la sangre:
Fatiga intensa y palidez: debido a anemia.
Infecciones recurrentes: por disminución de glóbulos blancos funcionales.
Moretones o sangrados fáciles: relacionados con plaquetas bajas.
Fiebre, pérdida de peso y sudoraciones nocturnas: en casos más avanzados o cuando la enfermedad evoluciona hacia una leucemia aguda.
En ocasiones, la enfermedad se detecta por alteraciones en un análisis de sangre de rutina, incluso antes de que aparezcan los síntomas.

Diagnóstico y seguimiento
El diagnóstico de la mielodisplasia requiere una evaluación completa. Además del hemograma y estudios bioquímicos, es fundamental realizar una biopsia de médula ósea para examinar las características celulares y confirmar el diagnóstico. También se solicitan estudios genéticos y citogenéticos que ayudan a clasificar la enfermedad y definir el pronóstico.
El tratamiento dependerá del subtipo de mielodisplasia, la edad del paciente, la presencia de síntomas y el riesgo de progresión a leucemia aguda. Las opciones van desde el seguimiento sin tratamiento activo (en casos de bajo riesgo) hasta terapias con factores de crecimiento, inmunomoduladores, agentes hipometilantes o trasplante de médula ósea en casos seleccionados.
Conclusión
La mielodisplasia es una enfermedad compleja, pero cada vez contamos con mejores herramientas para su diagnóstico y tratamiento. Si presenta síntomas persistentes como fatiga, infecciones frecuentes o sangrados anormales, le recomiendo consultar con un especialista en hematología. Estoy a su disposición para acompañarle con responsabilidad, claridad y experiencia.
Referencias:
National Comprehensive Cancer Network (NCCN). Clinical Practice Guidelines in Oncology: Myelodysplastic Syndromes. 2024.
American Society of Hematology. (2023). Myelodysplastic Syndromes Overview. Disponible en: www.hematology.org
World Health Organization. (2022). Classification of Tumours of Haematopoietic and Lymphoid Tissues.





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